Tecnicolor

un mundo iluminado

Magia cotidiana

fecha de publicación: 30/05/2014

ilustrador/es

Una manera de abrir tus ojos a la belleza cotidiana que no apreciamos es preguntarte a ti mismo: «¿qué pasaría si nunca lo hubiera visto? ¿qué pasaría si supiera que no lo volveré a ver?»
Recuerdo una noche de verano en la que tuve esta sensación muy intensamente.
Era una noche clara sin luna. Un amigo y yo fuimos a un cabo que era casi una isla pequeña, rodeada por el agua de la bahía. Nos tendimos y miramos al cielo y al millón de estrellas que brillaban en la oscuridad.

La noche estaba tan calma que podíamos oír el ruido de las boyas sobre el acantilado más allá de la bahía. Una o dos veces el aire despejado nos trajo una palabra que alguien había dicho en la orilla lejana de la playa.
Unas pocas luces ardían en las cabañas. Aparte de esto no había nada que nos recordara una presencia humana; mi acompañante y yo estábamos solos con las estrellas. Nunca las había visto tan hermosas: el río brumoso de la Vía Láctea fluyendo a través del cielo, los dibujos de las constelaciones, brillantes y nítidas, un planeta centelleante más abajo en el horizonte. Una o dos veces un meteorito se consumió en su camino hacia la atmósfera de la Tierra.

Se me ocurrió que si esto pudiera verse sólo una vez en un siglo o incluso una vez en una generación, este cabo estaría atestado de espectadores. Pero como lo podemos ver muchas decenas de noches en cualquier año, las luces arden en las cabañas, y sus habitantes seguramente ni siquiera se dan cuenta de la belleza que está suspendida sobre sus cabezas; y justo porque pueden verla casi cualquier noche, quizás no llegarán a verla nunca.

Rachel Carson , "El sentido del asombro (The Sense of Wonder)"

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© Fernanda Medina. …quieres hablar conmigo?