Tecnicolor

un mundo iluminado

Hechizos

fecha de publicación: 12/06/2012

ilustrador/es

Tenía unas orejas pequeñas y rosadas que parecían recién hechas, y a las que acabaran de quitarles el polvo con un cepillo blando. Más que para oir sonidos reales, habían sido creadas desde un punto de vista puramente estético. Al menos, así las veía Tengo. Y la armoniosa y esbelta nuca que se extendía por debajo resplandecía como una hortaliza cultivada bajo muchísima luz. Tenía un cuello inmaculado al que le sentarían bien el rocío y las mariquitas.  Era la primera vez que la veía con el cabello recogido; un espectáculo de una intimidad y una hermosura pasmosas.
Tengo se quedó de pie junto a la puerta aún después de haberla cerrado. Las orejas y la nuca de la chica agitaban su corazón y lo subyugaban igual que si estuviera delante del cuerpo desnudo de otra mujer. Durante un rato perdió el habla y se quedó observando a Fukaeri con los ojos entornados, como el explorador que descubrió el manantial secreto que da origen al Nilo. Su mano todavía agarraba el pomo de la puerta.

Haruki Murakami , "1Q84"

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© Fernanda Medina. …quieres hablar conmigo?