Instantáneas

fecha de publicación: 23/07/2013

libros en la biblioteca

• El letrero secreto de Rosie

ilustrador/es

• Sendak, Maurice

¿Parece imposible que el niño pueda crecer? ¿Que su sonrisa tímida se convierta en una expresión atrevida? ¿Que sus ojos centelleantes necesiten gafas? ¿Que la fiebre remita, que se terminen las rodillas ensangrentadas, que un maletín reemplace la mantita de seguridad azul?
Debes resistir la tendencia a adelantarte al futuro; desear paz no es lo mismo que querer que las cosas cambien para siempre, al fin y al cabo, aunque crezca, el niño nunca te dejará del todo. Descubrirás que aunque recuerdes al niño asociándolo a uno o dos de sus juguetes favoritos, es más probable que lo recuerdes solo: de pie, con las piernas abiertas, los brazos colgándole a los lados y los pantalones un poco caídos para que sólo se le vea la punta de las deportivas. Estará igual que cuando posó para la instantánea, con una gran extensión de campo -quizá sea la playa- a su alrededor. Es una cosita que, aún sin la fotografía delante, recordarás con toda claridad.

Cuando tienes treinta años, el niño tiene dos. A los cuarenta te das cuenta de que el niño de la casa, el niño con el que vives, todavía tiene, cuando cierras los ojos o cuando él acaba de salir de la habitación, dos años. Cuando tengas sesenta años y él se haya ido, también tendrá dos años, pero entonces ya no dudarás: viendo fotos del niño con distintas edades, no vacilarás ni un segundo: señalarás aquella en que tiene dos años.
Tú cambias, pero él no.

Anne Beattie , "Retratos de Will"