Tecnicolor

un mundo iluminado

magia potagia

fecha de publicación: 25/12/2016

ilustrador/es

En casa, mamá y Agda estaban preparando los fiambres de navidad y todo andaba manga por hombro, de modo que, en cuanto terminamos de comer, nos fuimos todos, Lasse, Bosse y yo, a hacer una gran farola de nieve en la huerta. Y Britta, Anna y Ole vinieron a ayudarnos.
En el tilo había muchísimos gorriones y pinzones reales y herrerillos, y parecía que todos tenían mucha hambre, de modo que fuimos corriendo a preguntar a papá si no podríamos coger unos pocos haces de Navidad, aunque fuese un poco antes de tiempo, y nos dijo que sí. Y entonces fuimos a todo correr al granero, donde cogimos cinco haces de espigas de cebada de los que habíamos reservado para navidad cuando hicimos la trilla y los pusimos en los manzanos de nuestra huerta y enseguida llegaron los pájaros a mordisquearlos. Estaba precioso, con los haces, y la nieve, y todo.
En medio de todo aquello salió Lasse corriendo a la huerta y encendió la luz que habíamos puesto en la farola de nieve, y, ¡ay, Dios mío, qué bonita estaba la farola de nieve en plena oscuridad! Cuando la vi allí sola en la huerta luciendo mucho no pude menos de pensar en ese villancico que dice: Ya llegó la Navidad a la puerta nevada, llamando y sonriendo, y me parecía ver allí de verdad a la Navidad, sonriendo exactamente como sonreía la farola de nieve…

Astrid Lindgren , "Los niños de Bullerbyn"

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© Fernanda Medina. …quieres hablar conmigo?