un mundo iluminado
fecha de publicación: 18/06/2017
Por eso, cuando el gadjo pone su despertador para que suene por la mañana, se da una ducha, se viste y se dirige a su trabajo no sin haber mirado su reloj diez veces o escuchado la hora en la radio veinte veces, cuando trabaja en cosas inútiles, que no son esenciales, que carecen de interés, sin verdaderas buenas razones, cuando almuerza a la carrera, comiendo comida malsana, cuando regresa al trabajo por la tarde para sacrificar aún largas horas a tareas laboriosas, repetitivas, productoras de absurdidad o de negatividad, cuando por fin llega la hora de volver a casa y se aglomera en los transportes públicos o se encierra en su automóvil durante largos ratos perdidos en las calles colapsadas y en los embotellamientos, cuando llega a su hogar fatigado, cansado, cuando come maquinalmente alimentos insípidos, cuando se desploma ante el televisor para pasar varias horas oyendo estupideces regurgitadas, cuando se acuesta embrutecido por lo que ha comido, visto y oído, vuelve a poner el despertador para que suene a la mañana siguiente y él pueda repetir esa jornada y así durante años: cuando hace todas estas cosas, el gadjo se considera civilizado.
Michel Onfray , "Cosmos"
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