un mundo iluminado
fecha de publicación: 01/12/2017
La tierra estaba caliente debajo de mí, cálida mientras la deshacía entre mis dedos. Aparecieron pequeñas mariquitas rojas que avanzaban en lentos escuadrones hacia mi. Sus caparazones eran de un bermellón pulido, con puntos negros. Me quedé tan quieta como pude. No ocurrió nada. Yo no esperaba que nada ocurriera. Yo sólo era algo que yacía bajo el sol y lo sentía, como las calabazas, y no quería ser ninguna otra cosa. Era totalmente feliz. Quizá sentiremos eso cuando muramos y nos convirtamos en parte de algo mayor, ya sea el sol o el aire, la divinidad o la sabiduría. De cualquier modo, esto es felicidad; sentir que te disuelves en algo completo y grande. Cuando llega, lo hace tan naturalmente como el sueño.
Willa Cather , "My Ántonia"
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