Hilvanar la cordura

fecha de publicación: 04/02/2011

ilustrador/es

• Odriozola, Elena

No, querida amiga mía, escribir sobre alguien como usted ha hecho es un regalo. Por mí no tiene que preocuparse en absoluto, el amor que ha inventado entre nosotros me conmovió y, mientras leía, me perdonará usted el descaro, casi lamenté que no hubiera existido de veras.
Pero hay algo más. Me imagino que se reirá al leer lo que estoy a punto de escribirle: ya no voy tan desaliñado como hace unos meses en el balnerio. Se acabaron las sandalias y los calcetines de lana, se acabaron las camisetas y los pantalones arrugados. Usted me inventó con esa preciosa camisa blanca almidonada, los zapatos siempre bien lustrados, y me gusto de esa manera. Hace tiempo, yo era realmente así. En la Marina, pobre de tí si no estás siempre perfecto.
Pero volvamos a su relato. No deje de imaginar. No está usted loca. No crea nunca más a quienes le dicen algo tan injusto y perverso. Escriba.

Milena Agus , "Mal de piedras"