Latidos

fecha de publicación: 15/01/2011

libros en la biblioteca

• Ricardo y el dinosaurio rojo

ilustrador/es

• Villamuza, Noemí

Llevaba dos horas andando y Jonás se sentó a descansar. A su lado, una pequeña lagartija estaba sobre la piedra. Al verle, empezó a deslizarse sobre la superficie con sus movimientos de mercurio. Avanzaba un poco y volvía a detenerse, hasta que se escurrió por una pequeña grieta. La piedra estaba al sol y las lagartijas buscaban su calor. Ese calor era la vida, y todos los cuerpos lo tenían. Muchos niños de ciudad no habían experimentado nunca algo tan simple. Conocían a los animales a través de las películas o las ilustraciones de los libros, pero no habían tenido un gato o un pollito en sus manos, ni percibido el calor de sus cuerpos ni los latidos de sus corazones minúsculos. El mundo estaba lleno de ese calor y esos latidos. Los nidos de las aves, las huras de los conejos, los apriscos estaban llenos de boquitas jadeantes, de corazones que bombeaban la sangre, de cuerpos que temblaban de miedo y de deseo.

Gustavo Martín Garzo , "Tan cerca del aire"