un mundo iluminado
año: 1995, signatura: 13
¡Qué hombre de mal genio! Monsieur Bibot, el dentista, recibe dos higos como pago por atender de urgencia a una pobre anciana. A pesar de que Bibot la echa del consultorio sin siquiera darle calmantes, la mujer le dice que esos higos son mágicos y harán realidad sus sueños.
¿Tampoco a Marcel? Tampoco. Tampoco quiere a su perro. Bibot es una persona mezquina y poco amigable que saca a pasear a su paciente perro con poco cariño. Esa noche, antes de dormir, Bibot se come uno de los higos y reconoce que es lo más delicioso que ha probado en la vida.
A la mañana siguiente, cuando saca a pasear a Marcel, descubre azorado que sus sueños se han cumplido. La noche anterior había soñado que la torre Eiffel se doblaba como si fuera de masa, y él, en efecto, ¡estaba en calzones! (y para colmo, a lunares).
Con felicidad, Bibot se decide a entrenar sus propios sueños, todavía queda un higo y no lo quiere desperdiciar. Es muy ambicioso y ya se imagina cuando se cumpla su sueño de riqueza y grandeza. Por supuesto, en el sueño de Bibot no hay lugar para Marcel, un perro poco elegante.
Cuando por fin domina el arte de soñar lo que quiere cuando está despierto, Bibot saca de la alacena el segundo higo, lo deja sobre un plato en la mesa y ¡crack! Todo es confusión, el perro corre, el plato está roto y en la carrera el higo se ha perdido en la boca de Marcel. ¿Quién será el que cumpla sus sueños? ¿Y qué sueños serán éstos?
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© Fernanda Medina. …quieres hablar conmigo?